Giorgio Armani pasa por ser el diseñador de moda más rico del
mundo. A sus 78 años, vive un espléndido momento de forma, tanto
personal como profesional. Sobre el modisto italiano pesa una leyenda:
le gusta controlarlo todo. No es menos cierto también que, acostumbrado a
vivir rodeado de lujos, le desagrada sobremanera la pobreza que acecha a
las gentes más desfavorecidas de pueblos que viven en condiciones casi
infrahumanas.
Por eso, ha renovado la campaña solidaria Acqua for Life, con el fin de reforzar la concienciación ciudadana respecto a los problemas medioambientales y de desarrollo. Hay algo que a Armani le preocupa muy especialmente: promover el acceso al agua potable a los niños. En el mundo hay casi 900 millones de personas sin agua segura. Los menores son siempre las primeras víctimas de la escasez y la contaminación, ya que son «más vulnerables».
Cada día mueren más de 4.000 niños por enfermedades relacionadas con el agua «fáciles de prever». La diarrea infantil es la principal causa de defunción en las zonas rurales de los pueblos más deprimidos del planeta.
Si en 2011 Armani dio un paso de gigante al recaudar 43,3 millones de litros de agua, llegando a 27.000 personas, incluidos 3.500 chavales de las regiones oriental y del Volta de Ghana, este año pretende ampliar el radio de acción a Bolivia. El 33% de la población rural del país más pobre de Sudamérica carece de agua potable. Los planes incluyen la construcción de sistemas de recogida de aguas pluviales en centros educativos de comunidades aisladas de Santa Cruz y la perforación de pozos para facilitar el bombeo de acuíferos de la cuenca del río Parapeti. Esta región sufre una estación seca de 6 a 8 meses al año.
Con Gorbachov
El reverendo ghanés Nartey Benjamin, director de la escuela presbiteriana de Adawso, confiesa que, gracias al sistema de recogida que Giorgio Armani proporcionó al colegio los alumnos ya no tienen que recorrer grandes distancias para saciar su sed y pueden pasar más tiempo en clase.
La campaña del diseñador, en colaboración con Green Cross Internacional (GCI), la organización fundada por el dirigente ruso Mijail Gorbachov, responde a los «desafíos combinados de seguridad, pobreza y degradación ambiental» para garantizar un futuro «seguro para todos». Y demuestra algo muy importante: que la moda no es ese mundo tan ligero que muchos se empeñan en ver. Es una industria que vive de muchos ‘fashion-victims’, pero que también se preocupa de las verdaderas víctimas de un mundo tan injusto .
Por eso, ha renovado la campaña solidaria Acqua for Life, con el fin de reforzar la concienciación ciudadana respecto a los problemas medioambientales y de desarrollo. Hay algo que a Armani le preocupa muy especialmente: promover el acceso al agua potable a los niños. En el mundo hay casi 900 millones de personas sin agua segura. Los menores son siempre las primeras víctimas de la escasez y la contaminación, ya que son «más vulnerables».
Cada día mueren más de 4.000 niños por enfermedades relacionadas con el agua «fáciles de prever». La diarrea infantil es la principal causa de defunción en las zonas rurales de los pueblos más deprimidos del planeta.
Si en 2011 Armani dio un paso de gigante al recaudar 43,3 millones de litros de agua, llegando a 27.000 personas, incluidos 3.500 chavales de las regiones oriental y del Volta de Ghana, este año pretende ampliar el radio de acción a Bolivia. El 33% de la población rural del país más pobre de Sudamérica carece de agua potable. Los planes incluyen la construcción de sistemas de recogida de aguas pluviales en centros educativos de comunidades aisladas de Santa Cruz y la perforación de pozos para facilitar el bombeo de acuíferos de la cuenca del río Parapeti. Esta región sufre una estación seca de 6 a 8 meses al año.
Con Gorbachov
El reverendo ghanés Nartey Benjamin, director de la escuela presbiteriana de Adawso, confiesa que, gracias al sistema de recogida que Giorgio Armani proporcionó al colegio los alumnos ya no tienen que recorrer grandes distancias para saciar su sed y pueden pasar más tiempo en clase.
La campaña del diseñador, en colaboración con Green Cross Internacional (GCI), la organización fundada por el dirigente ruso Mijail Gorbachov, responde a los «desafíos combinados de seguridad, pobreza y degradación ambiental» para garantizar un futuro «seguro para todos». Y demuestra algo muy importante: que la moda no es ese mundo tan ligero que muchos se empeñan en ver. Es una industria que vive de muchos ‘fashion-victims’, pero que también se preocupa de las verdaderas víctimas de un mundo tan injusto .
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